A los pueblos de Nicaragua:
Nicaragüenses:
Desde el seno de nuestras pacíficas montañas he oído vuestros congojosos lamentos.
Mutuos errores y una guerra fratricida os han entregado al fiero albedrío de una horda de forajidos que llamados incautamente como amigos auxiliares de unos, se han convertido en déspotas de todos.
Hoy yacéis aun aterrorizados bajo el yugo acerado de un ejército compuesto de las heces corrompidas que arrojan de si todas las sociedades. Qué sois vosotros en vuestro propio país? ¿Qué es el esclavizado nicaragüense que llaman por befa Presidente? ¿Cuál es vuestra suerte hoy y la más fatal que con tan cruentos amos os espera? ¡Vosotros lo sabéis más que yo; vosotros que la sufrís y deploráis con lágrimas de sangre!
Habéis llamado a vuestros hermanos. Vuestros hermanos todos rodean vuestras fronteras y avanzan para libertaros de esa falange traidora. Combatimos por vuestra salvaci6n. Después del triunfo, paz, unión, justicia y libertad para vosotros y para todos.
Harto conocéis a los pacíficos costarricenses. También los han conocido en Santa Rosa los cobardes filibusteros. Siempre neutrales en vuestras discordias, hemos acogido con igual hospitalidad a todos los nicaragüenses. Para nosotros no existen ni existirán jamás; distinciones ni partidos. Sea lo mismo para vosotros. Que una sola bandera, una sola causa y un grito de concordia y de progreso nos reúna a todos como católicos, como hijos de una misma patria, como verdaderos hermanos!
Cese ya tanta postración, tanta iniquidad y servidumbre. ¡Toleraréis por un instante más, tanta esclavitud, oprobio y tiranía? ¡No lidiaréis todos unidos, siempre unidos, por conquistar la libertad que os han robado? Sí, valerosos nicaragüenses. Uníos, alzaos y combatid con aquel ardiente coraje que habéis mostrado en tantas nefandas luchas. Arrojemos unidos a esa pestífera canalla: no quede uno solo de esos asesinos sobre la tierra privilegiada que os concedió la Providencia; y de entre esos montones de cadáveres y ruinas que han acumulado tantos desvaríos y maldades, levantemos juntos una patria más unida, más fuerte, más venturosa y más grande.
Paz y libertad a Nicaragua y Costa Rica, independientes y unidas como hermanas! Gloria a las fuerzas aliadas libertadoras de la América Central.
Juan Rafael Mora.